
"Admiración, miedo, orgullo, exaltación, humildad, esas deberían ser las emociones que se confunden en la mente del hombre que está en la cumbre más alta de la Tierra, donde tantos antes habían fracasado. Pero aquel 29 de Mayo de 1953, mis sensaciones dominantes eran el alivio y la sorpresa. Alivio porque el tormento había terminado y lo inalcanzable había sido alcanzado. Y sorpresa porque me estaba ocurriendo a mí.»
En 1999, en su libro «Vistas desde la cumbre», Hillary rompió por fin su largo silencio sobre quién fue el primero en alcanzar la cumbre, él o Norgay. En el libro explica que Norgay y él iban juntos y mientras Norgay anudaba una cuerda, él continuó avanzando unos pasos hasta que se encontró en un lugar nevado, plano y expuesto al viento, en el que no había más que espacio alrededor. Norgay se reunió rapidamente con él y ambos miraron a su alrededor maravillados.
Edmund Hilary explicó perfectamente, en 1998 en una reunión con escolares su filosofía vital y les explicó que uno no tiene que ser un genio para triunfar en la vida:
«Todo sucede gracias a la motivación. Si realmente queréis algo tenéis que trabajar duro para conseguirlo».
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