martes, 26 de agosto de 2008

Tobotronc






TOBOTRONC, el tobogán más largo del mundo.

Este tobogán alpino, conocido técnicamente con el nombre de Alpine Coaster, tiene 5.300 metros de longitud y 400 metros de desnivel, y une el Campo de Tiro con el Campo de nieve y multiactividades de La Rabassa.
La bajada es un viaje vertiginoso en un trineo que circula sobre raíles de acero y que en el descenso es controlado (se aprende rápido, no queda otro remedio) por la persona que se ha atrevido a subir.
El viaje empieza en el Campo Base, el campo de tiro de la Rabassa, con el remonte circulando entre bosques de pinos. Cuando se llega al Pla de Conangle se deben atender a las instrucciones básicas. No se pueden mover ni brazos ni manos, ni hacer fotos ni filmar. En el primer tramo y después de varias frenadas de prueba, el viajero empieza a tomar confianza con un trazado lleno de curvas, escasas subidas y la seguridad de que el trineo lleva un mecanismo de seguridad que actúa automáticamente cuando el trineo supera los 36 kilómetros por hora.
El descenso dura aproximadamente ocho minutos en los que hay tiempo suficiente para arrepentirse o para convencerse de que la experiencia hay que repetirla. Durante el descenso por el tobogán es habitual oír los gritos de otros usuarios, provocados por la impresión de la bajada, el miedo y la adrenalina que se genera. Lo cierto es que una vez superada la primera curva no queda otro remedio que aprender a frenar, con lo que el usuario puede llegar a dominar el artilugio con más o menos soltura. Cuando se han culminado los 3.600 metros de bajada unos pueden sentir alivio mientras otros quieren repetir de nuevo la experiencia.
No todo el mundo puede disfrutar del Tobotronc, la nueva atracción no es apta para cardiacos y menores de 12 años sin acompañante adulto.
El gran tobogán continúa contando con la oposición de los ecologistas andorranos y de muchos vecinos de Sant Julià.

La Rabassa, Andorra

lunes, 11 de agosto de 2008

Pratdip (Baix Camp)



Fin de semana en Pratdip, con Pepe y la señora Martínez, vuestra amistad y poder ver las estrellas han valido la pena, lo menos bueno: estas barras de cortina que no se "amarran" a la pared !!!!



La herradura de la suerte la llevo en el coche !!!!

viernes, 8 de agosto de 2008

El mundo llega a China



Hoy a las 8 horas y 8 minutos del mes 8 de 2008 se inauguran los juegos de la XXIX olimpiada en Pekín, un espectáculo sin precedentes para cuatro mil millones de seres humanos.



"One World One Dream"



Del 8 al 24 de Agosto


http://sp.beijing2008.cn/

miércoles, 6 de agosto de 2008

Han pasado tres días y es el momento de hacer una valoración



Estás en una avioneta a 4.000 metros, con un tío que no conoces de nada pegado a tu espalda, un arnés y un trozo de tela; y tú vas y te tiras. Suena bien, ¿no?

No hay dos sensaciones iguales, cada uno lo siente a su manera aunque normalmente la primera sensación (salvo para los ya iniciados en algún deporte de aventura), es básicamente "acojone", y el que no se acojone no lo dejan saltar.
Frank es mi instructor, es holandés y salta entre 700 y 800 veces al año, digo yo que no fallará precisamente hoy ¿no?, aunque unos minutos antes al decirle que es mi primer salto el me contesta que este también es su primer salto, que cabr..., , me da unas breves nociones de lo que "no" debo hacer, se encarga de colocarme adecuadamente el arnés y saltamos los dos unidos (a unos 12.500 pies). Calcula que a esta altura dependiendo de lo que peses vas a estar unos 50-55 segundos en caída libre.
Le pregunto a mi instructor si podré respirar bien, si tendré suficiente aire, me contesta: ¿aire? te vas a hartar...
En la avioneta vamos unos quince saltadores, me toco saltar el primero, llega el acojonamiento máximo cuando se abre la puerta y hay que saltar, porque si no saltas te pegan una patada en el culo.
Lo primero que piensas es que se abra el paracaídas y una vez se ha abierto piensas en no romperte las dos piernas cuando caigas no importa donde, cuando tocas tierra el corazón trabaja a máximas pulsaciones.

El segundo salto es peor porque sabes lo que te espera.

Si Nuestro Señor hubiera querido que saltásemos en paracaídas nos habría dotado de uno.